Grandoso se sitúa a escasos kilómetros de Boñar, en una zona de montaña cercana a los Picos de Europa. Boñar tiene una famosa cantera de la que se extrajo la piedra caliza para la catedral de León. Las construcciones tradicionales de la zona utilizan, como es lógico, este material de manera habitual, además de madera en sus estructuras.
El encargo consistía en rehabilitar una de esas construcciones tradicionales. Se trataba de una edificación de dos plantas que en origen fue una vivienda, pero que en los últimos años tuvo el uso de granero-almacén. Para ello había que plantear una intervención que se integrara con el entorno y utilizar los materiales característicos de la zona. Existía también otro condicionante de partida: la vivienda iba a ser autoconstruida, por lo que era indispensable simplificar el proceso de ejecución todo lo posible a partir de un diseño claro y sin complicaciones constructivas.
Bajo esas premisas y teniendo como base el respeto a la edificación existente, la intervención plantea una rehabilitación integral que trata de conservar los muros existentes en la medida de lo posible y sustituir la cubierta y el forjado intermedio, a partir de una nueva solución estructural. Se decide, además, crecer la altura de la edificación y subir los forjados, ya que la altura libre interior de la vivienda era insuficiente para la habitabilidad.
Para su construcción se utilizan materiales respetuosos con el medio ambiente: piedra reutilizada tras la demolición parcial de la edificación existente, madera laminada y aislamiento natural de corcho triturado.