Rehabilitación Colonias Escolares

En la década de 1880 la Universidad de Oviedo desarrolló una idea pionera en materia de formación infantil, con el propósito de favorecer y cuidar el desarrollo corporal y la educación de los niños, aprovechando un ambiente adecuado cercano al mar.

Las Colonias Escolares Universitarias de Salinas se fundaron en el año 1884 y funcionaron sin interrupción hasta el año de su clausura, en 1984. Aproximadamente diez años después del cierre se rehabilitó la nave norte como sede de la cofradía gastronómica «La Buena Mesa del Mar». Sin embargo, el resto de los pabellones quedaron abandonados, lo que produjo su progresiva degradación.

En la actualidad el proceso de deterioro ha continuado, hasta el punto de que parte de las cubiertas y los forjados sanitarios han colapsado, y han aparecido grietas en los muros de carga.

Ante esta situación, la Asociación Junta de Colonias Escolares de la Universidad de Oviedo ha decidido rehabilitar la finca y sus edificaciones para recuperar su uso como residencia.

La intervención objeto del presente proyecto, consta de varias actuaciones que comparten importancia:

.- la rehabilitación del edificio principal existente, para la recuperación de su uso como residencia.

.- su ampliación mediante un nuevo pabellón social, dedicado a almacén, aulario (modulable) y salón social para recepciones y exposiciones.

.- la rehabilitación y ampliación del edificio auxiliar, manteniendo su dedicación a cocina, despensa y comedor.

.- la urbanización del patio y la plaza anexa al edificio auxiliar, concebidos como espacios exteriores al aire libre para la realización de todo tipo de actividades académicas, deportivas, espectáculos, etc.

.- la actuación en el cierre de parcela, mediante la recuperación de los diferentes sistemas y materiales que constituyen el cierre actual.

.- la mejora de la superficie ajardinada de la parcela.

La decisión más importante desde el punto de vista proyectual es la colocación del nuevo pabellón social, estratégicamente situado como prolongación del edificio existente. El nuevo edificio se proyecta con una planta en forma de «C», buscando una relación geométrica y volumétrica con la edificación actual. El resultado es una composición general del conjunto compacta y cerrada, que amplía el patio interior y completa el claustro.

El patio generado como resultado de esta decisión, se entiende como una extensión del programa, y tendrá un uso privado para los residentes. En este espacio exterior se realizarán todo tipo de actividades al aire libre propias del espíritu de las colonias, así como otras actividades lúdicas o culturales, y servirá también para articular la circulación entre las dos edificaciones.

La ampliación del nuevo pabellón social se materializa en un cuerpo independiente, próximo al edificio principal, pero no anexo a él. Se resuelve mediante la creación de un volumen con dos niveles. La planta baja se coloca ligeramente por debajo del nivel exterior, garantizando la creación de dos plantas con una adecuada altura interior, pero sin superar externamente la cota de coronación del edificio existente. Para resolver esta diferencia de cota, se proyecta un graderío exterior, entendido como una prolongación del patio.

La circulación en el nuevo pabellón se realiza a través de una pasarela exterior, que actúa de «colchón» entre los dos edificios, potencia las visuales y favorece la relación con el patio.

Una de las mayores dificultades del proyecto es la necesidad de actuar en tres edificios independientes, cada uno con sus características particulares. Por ello es fundamental el uso de un hilo conductor que sirva para «atar» las actuaciones en todos los edificios. Se propone una celosía de redondos de acero como idea generadora, con varias funciones:

– Resuelve la pasarela exterior en el nuevo pabellón social.

– Sirve para definir las fachadas y la pérgola en el edificio auxiliar, utilizado como comedor.

– Se introduce en la rehabilitación del edificio principal, y más concretamente, en los dormitorios compartidos. Resuelve el diseño de las literas y los altillos, favoreciendo la privacidad de los grupos.

Actualmente está catalogado con un grado de protección integral, por lo que se aborda su rehabilitación con el máximo respeto al patrimonio existente:

– Se facilita la accesibilidad en la entrada principal, eliminando las barreras arquitectónicas y generando un itinerario accesible.

– Se sustituyen las numerosas entradas y salidas existentes por un vestíbulo general donde se concentran los dos accesos. Esto modifica la circulación en todo el edificio, potenciando el eje compositivo (edificio principal, patio, graderíos, ampliación).

– Ocupación de los dos pabellones simétricos como naves dormitorio diáfanas, entendidos como grandes espacios para la interconexión, con 54 plazas para residentes.

– En los dormitorios se disponen una serie de altillos, aprovechando la gran altura libre de las naves, lo que habilita una mayor ocupación con más plazas para residentes.

– El diseño de las literas y los altillos se resuelve con una celosía de redondos de acero lacados en blanco, lo que permite la división parcial del gran espacio en pequeñas zonas semiprivadas para cada grupo, que funcionan como MÓDULOS independientes.

– Los servicios comunes se sitúan al final de los dormitorios colectivos, en el cuerpo intermedio de unión entre las dos alas del edificio. En esta zona se disponen también los despachos, la sala de profesores y dos habitaciones individuales con baño.

El nuevo pabellón social se distribuye en dos niveles, planta baja y primera, además de una zona de sótano destinada a almacén.  La planta se distribuye en forma de C y los elementos de conexión vertical y servicios se colocan en los testeros, unidos entre sí por la galería exterior.

La planta baja, directamente conectada al graderío y patio de acceso, se destina a salón social, mientras que las aulas se colocan en la primera planta, alejadas del ruido. En ambos niveles se propone una pieza sencilla y modulable, que pueda dar cabida a diferentes actos. Una serie de paneles móviles permiten hacer uso del salón social como un único espacio o compartimentarlo en varias salas, mientras que en la planta primera el mismo sistema permite subdividir el espacio en hasta cuatro aulas diferentes, ampliando las posibilidades de uso del edificio.

Un elemento importante de la propuesta es su voluntad de extender el programa al exterior, utilizando el patio como ampliación del uso interior. El graderío de acceso al edificio, cubierto por la celosía, adquiere un carácter intermedio entre el claustro abierto y el interior del edificio; un espacio semi-protegido y con intención de servir como punto de encuentro al aire libre.  Se propone para ello una fachada muy permeable en planta baja, que desdibuje el límite entre exterior – interior y potencie la circulación entre ambos espacios.

La envolvente de este nuevo pabellón replica la estrategia empleada en el edificio existente, pero con una clara voluntad de diferenciarse. Se propone una piel exterior de ladrillo en todo el perímetro con dos tonos distintos, blanco en el claustro y rojizo en la fachada exterior. De esta forma, ambos edificios quedan ligados visualmente tanto desde la calle como en el interior del patio, pero sin dejar de evidenciar la diferencia entre lo nuevo y lo antiguo. Por último, la celosía de redondos que cubre la pasarela remarca la conexión entre ambos edificios, como un elemento distintivo en la propuesta que se repite en los tres edificios como hilo conductor del conjunto.

La intervención se basa en la reforma y ampliación del actual edificio auxiliar. Se trata de una edificación independiente, con un uso muy definido como cocina, cafetería y comedor.

La intención de la propuesta es abrir el edificio a la plaza anexa, entendiendo este espacio exterior como una prolongación del comedor, que permita a los residentes comer al aire libre cuando el tiempo lo permita y organizar actividades que precisen de la cocina cercana.

Otra de decisión importante es la recuperación del antiguo patio anexo al cierre de parcela. Este espacio está concebido actualmente como un «añadido» a la construcción original de escasa calidad constructiva, con un uso de almacén semi-exterior de dudosa funcionalidad. Se propone la demolición de la techumbre actual de fibrocemento, permitiendo la entrada de luz en el edificio y ampliando las visuales.

El objetivo es relacionar la urbanización con la edificación proyectada. Para ello se plantea un esquema a partir de bandas horizontales, que se van degradando hacia la zona del arbolado existente, combinando dos tipos de pavimentos, que siguen el ritmo de la fachada del edificio principal en planta. En cuanto a los materiales, se alternan bandas de piedra caliza en acabado granallado – abujardado, con otras más estrechas de ladrillo colocado a sardinel.

En estos pavimentos se introducen zonas de vegetación, tanto en la plaza como en el patio central. En el patio no se contempla ningún tipo de mobiliario urbano, ya que las zonas para sentarse están previstas en los dos graderíos. En el resto de las zonas pavimentadas, se ejecutan bancos de obra que salen de las propias bandas de pavimento, construidos también en ladrillo.

Situación:

C/ Las Colonias, s/n. Salinas, Castrillón (Asturias)

Fecha:

2019

Estado:

Concurso. PROPUESTA GANADORA (1º Premio)

Promotor:

Junta de Colonias Escolares de la Universidad de Oviedo - AJCEUO